El Fisco se apretó el cinturón el año pasado: el gasto público cayó más de 23% y se logró superávit
El aparato estatal logró un resultado positivo en su operación por primera vez en una década. La deuda pública finalizó el año representando 37,3% del PIB.
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El 2022 fue un año de ajuste para el sector público, en el que dejó atrás el anómalo crecimiento de gasto que registró en 2020 y 2021, los años de mayor incidencia en de la pandemia provocada por el Covid-19 y que llevaron al Fisco a entregar millonarias ayudas a las familias.
Muestra de ello son las cifras publicadas ayer por la Dirección de Presupuestos (Dipres), que dieron cuenta de que el gasto total del Gobierno Central se contrajo un histórico 23,1% el año pasado respecto al previo.
Dicho resultado se desglosa en una merma de 26,3% del gasto corriente -o sea, el destinado a la operación diaria de los ministerios, servicios y organismos autónomos-, mientras que el otro componente, el gasto de capital (inversiones públicas más transferencias de recursos) se incrementó un 4,7% en el lapso.
En el caso del gasto corriente, anotó la mayor caída en la última década, mientras que el gasto de capital se desaceleró versus el avance de 11,8% de 2021.
Según explicaron en conferencia de prensa el ministro de Hacienda, Mario Marcel, y la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, la caída en el gasto operativo del Estado se explicó por el menor gasto en subsidios y donaciones, que se redujo un 45,6% real, a causa de la alta base de comparación por la entrega del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) Universal en 2021.
El gasto de capital, en tanto, tuvo como raíz una baja de 18% de la inversión pública, lo que fue compensado por la expansión de 31,3% de las transferencias de capital en el período, debido a la nueva estructura presupuestaria de los gobiernos regionales, donde la imputación de las iniciativas de inversión no se registra en inversiones, sino que, en transferencias de capital, explicaron en Dipres.
Eso sí, en comparación al proyecto de Presupuesto aprobado por el Congreso, el Fisco gastó un 107,4% del total de los recursos, de la mano del gasto corriente, cuya tasa de ejecución fue de 111,9% de lo visado por el Parlamento, explicado por las medidas asociadas al “Plan Chile Apoya”, y un gasto de capital que ascendió al 86,3% de lo autorizado.
En el histórico 2021, el Fisco sobrejecutó el Presupuesto, con una tasa de 135,4% de lo aprobado por el Parlamento.
De todas maneras, el descenso de 23,1% del gasto se ubica algo por sobre el 24,5% que estimaba el Gobierno como meta en el Informe de Finanzas Públicas (IFP) que presentó junto al erario.
Superávit en una década
Los ingresos del sector público, por otra parte, se expandieron un 6,3%, principalmente, por la mayor tributación de resto de contribuyentes (8,6% de crecimiento) y rentas de la propiedad (503%), mientras que, en menor medida, también aportó una tributación más alta de la gran minería privada (23,7% de avance).
Con todo, los ingresos tributarios netos crecieron un 9,6% el ejercicio recién concluido.
De esta manera, el sector público cerró con un superávit de operaciones por primera vez en una década, al ubicarse en 1,1% del Producto. Aquello no ocurría desde 2012, cuando el saldo favorable fue de 0,6% del tamaño de la economía.
De todas formas, esta cifra en azul fue algo menor a lo anticipada en el último IFP, de 1,6% del PIB.
Deuda pública
La Dipres informó que el nivel de deuda pública bruta se ubicó en 37,3% del PIB al término del año, ubicándose nuevamente en su peak en los últimos 30 años.
El dato también se ubicó por sobre las más recientes estimaciones de Dipres y Hacienda, ya que en el IFP del tercer trimestre del año pasado estimó que la deuda cerraría el período representando un 36% del PIB.
Para el año 2023 el Ejecutivo pronostica que la deuda bruta representará un 38,7% del tamaño de la economía chilena.